miércoles, 30 de enero de 2013

El valor de la amistad, también para el empleo


En estos tiempos en los que parece que todos lo estamos pasando mal, que todos tenemos problemas, que todos buscamos algo que no terminamos de encontrar, quiero rendir un homenaje a la amistad. Porque aunque cada uno de nosotros podría dar una definición diferente de lo que significa la amistad, todos hemos sentido en algún momento de nuestra vida cómo un verdadero amigo es capaz de llegarnos al corazón y hacernos más fuertes. Y esa es la auténtica y universal definición de la amistad.
Estamos en un momento difícil para el empleo, es verdad. Y posiblemente lleves tiempo buscando sin éxito ese trabajo que tanto necesitas. ¿Y verdad que en esos momentos necesitas más que nunca a ese amigo de siempre con el que compartir tus preocupaciones?
Cuando alguien lo está pasando mal, por el motivo que sea, se siente confuso, perdido, desorientado. Y en ocasiones hace cosas extrañas o toma decisiones poco entendibles por los demás. En realidad esa persona tiene un problema importante que resolver, que le está angustiando, y se siente solo e incapaz de ver alguna luz a su alrededor. Y aquí es donde la verdadera amistad juega un papel protagonista. Porque si en esos momentos tienes la suerte de tener cerca de ti a una persona que intenta entenderte, que intenta ayudarte, que se pone en tu lugar y te ofrece su apoyo sin juzgarte ni darte sermones, entonces te darás cuenta de que no estás solo, de que tienes a tu alrededor personas para las que eres importante y que te quieren tal y como eres. Esos verdaderos amigos te ayudan en tus momentos difíciles e intentan ponerte más fácil todo lo que te rodea hasta que pase ese bache. ¡Que seguro pasará! Y cuando sientes ese calor, vas poco a poco viendo las cosas de otra manera, tu angustia se va calmando, y eres capaz de encontrar soluciones donde antes solo veías problemas.
Si en estos momentos estás buscando empleo y no lo encuentras, o quieres cambiar porque no estás contento con el que tienes, te ayudará mucho que busques apoyos y esa fortaleza y soporte de tu entorno para hacer frente a tus problemas. Ve al encuentro de un amigo que te comprenda, que se ponga en tu lugar y sea capaz de “ver” lo que estás sintiendo, que te ayude a tomar la decisión correcta. Y aléjate de esos “otros amigos” que cuando ven que estás pasando por una mala racha, que estás más débil, que todo te afecta más, no te permiten cometer ningún error y aprovechan cualquier momento para mostrarte las cosas que no haces bien o para decirte qué es “lo que tienes que hacer”. ¡Eso no es amistad ni ayuda a hacer frente a los problemas!
Ser amigos cuando todo va bien es muy fácil. Lo difícil es encontrar a alguien que te llame o te mande mensajes de apoyo cuando la cosa está chunga, que se ofrezca a ayudarte en lo que pueda, que entienda tus silencios o tu falta de motivación, que te haga sentir que no estás solo y que tu problema se arreglará tarde o temprano.
Por eso hoy quiero pedirte que no estés solo en tu búsqueda de empleo y te apoyes en tus verdaderos amigos. Verás como sales más fuerte. Cuídalos, y cuando sean ellos los que pasen por una situación difícil intenta entenderlos, ponte en su lugar y hazles sentir que cualquier bache se arregla antes si se comparte con personas que te quieren.
Todo pasa, incluso los malos momentos. Y es en ellos donde te das cuenta de quiénes son tus verdaderos amigos. Porque esos no pasarán y permanecerán en tu corazón el resto de tus días.
No olvides que todos recibimos lo que damos, todos recogemos lo que sembramos. Y si te ocupas de alguien cuando lo está pasando mal, o buscas fuerza en tus amigos para hacer frente a tus problemas, nunca estarás solo.

“Un verdadero amigo es quien te toma de la mano y te toca el corazón”. (Gabriel García Márquez)

 

lunes, 21 de enero de 2013

¡No me pienso estresar...!


Estamos en una época de mucha tensión y estrés tanto para nuestros estudiantes universitarios, como para nuestros recién titulados y los titulados con más experiencia. Cada grupo mencionado, por una razón diferente, pero no menos importante, simplemente distinta por la etapa de la vida que están pasando. Los primeros por la famosa y experimentada por todos “época de exámenes”, los segundos porque comienzan su búsqueda de empleo, actividad en la cual no tienen experiencia y no conocen al cien por cien como funciona y por último los titulados que están buscando empleo con experiencia, pero con un nuevo comienzo de año, con nuevas expectativas y objetivos a lograr.
Las diferentes situaciones que he mencionado, podrían llevarnos a valorar, ¿cuál de ellas causa más estrés? Vuelvo a insistir que son diferentes, no a todos no estresan las mismas situaciones, según Sonia Lupien, neurocientífica: “existen cuatro características de una situación que provocan estrés, no es necesario que se den todas a la vez, pero si cuantas más se cumplan mayor, será el estrés. Estas son: novedad, impredecibilidad, sensación de descontrol y amenaza para la personalidad”
Os pondré un ejemplo, imaginaos que necesitáis trasladar agua en una bolsa de plástico, la cantidad de agua que cabrá dependerá del tamaño de la misma, pero a vosotros os interesa llevar la mayor cantidad posible. Al principio, cuando inicies a echar agua confiareis en la resistencia del plástico porque la presión es mínima, conforme aumente la cantidad de agua dentro de la bolsa la tensión interna se hará más intensa y entonces os empezareis a preguntar sobre la dureza y calidad del plástico, habrá un momento en el que incluso se os pasará por la cabeza que no resistirá, y el plástico cederá, desparramándose todo el líquido. Llegados a este punto, pueden suceder varias cosas, o bien que el plástico sea más flexible y aumente el tamaño de la bolsa dando reducción la tensión interna, que se produzcan pequeños orificios por los cuales se pierda cierta cantidad de agua pero que conserve bastante de la que había, o bien que se rompa la bolsa y se vierta su contenido al completo. Es una forma muy clara de expresar como una persona, soporta, sobrelleva y enfrenta a esa presión del agua llamada ESTRÉS, a través de los recursos, habilidades, actitudes, conductas,… que posee.
Este término tan conocido y vigente en nuestra sociedad, ha dado pie a muchas definiciones de distinta índole, pero me vais a permitir que plantee dos de ellas para destacar un par de aspectos muy importantes del tema. La primera: “conjunto de reacciones fisiológicas que preparan el organismo para la acción" (Organización Mundial de la Salud). Desde esta perspectiva veríamos el lado positivo de éste, es decir, es lo que nos prepara ante las amenazas, o lo que percibimos como tal, lo que nos permite sobrevivir (como por ejemplo correr a toda velocidad cuando huimos de un peligro). Y la otra es aquella que propone que “se considera que el estrés se produce como consecuencia de un desequilibrio entre las demandas del ambiente (estresores internos o externos) y los recursos disponibles del sujeto…”, que se referiría a ese parte del término que implica consecuencias desagradables y perjudiciales para el ser humano.
La incidencia del estrés académico y laboral, implica consecuencias tanto a nivel conductual como hábitos insalubres, aislamiento, ira, falta de paciencia, etc., como a nivel cognitivo podríamos hablar de inestabilidad emocional, bloqueo mental, alteración en la valoración de la realidad, etc., como a nivel fisiológico entre otros mayor vulnerabilidad del organismo, migrañas, insomnio, inapetencia,… Está claro que lo que nos conlleva a un desequilibrio generalizado y a esa sensación de no poder luchar contra ello.
El primer paso para el manejo y afrontamiento del estrés, sería detectar y evaluar qué nos está provocando ese estado, observar los signos y síntomas que se manifiestan en nuestro cuerpo, además de hacernos preguntas tipo: ¿qué situaciones me generan malestar?, ¿cuándo noto estos síntomas?, ¿cuándo son más intensos? ,… Posteriormente deberíamos analizar qué se puede hacer valorando nuestras fortalezas, débilidades, recursos, etc., buscando la medida más adecuada, y por último adquisición y/o puesta en marcha de las estrategias de afrontamiento más adecuadas a cada situación específica. Este método nos será útil siempre y cuando los síntomas sean de un intensidad leve, la duración y frecuencia no muy prolongada; porque en el caso contrario tendríamos que ponernos en manos de profesionales. También os debemos advertir que la tarea al principio no será fácil, y requirirá de nuestro esfuerzo y motivación para lograrlo; pero como casi todo en esta vida es cuestión de entrenamiento y práctica.
Además existen una serie de hábitos saludables que nos pueden ayudar en la prevención del estrés como:
  • Realizar una dieta sana y equilibrada
  • Dormir lo suficiente, en torno a ocho horas
  • Fomentar las relaciones sociales como alternativa.
  • La práctica moderada de algún deporte o ejercicio físico ayuda a relajarnos
  • La organización del tiempo y de nuestras actividades, estableciendo horarios, es fundamental para ser eficaces y no sentirnos agobiados.
  • Saber seleccionar actividades, no podemos hacerlo todo.
  • No dejar pasar los problemas: afrontarlos de una manera más activa o más pasiva, pero decidiendo qué es lo mejor en cada caso.
  •  Fortalecer y mantener nuestra autoestima: si hemos hecho bien una cosa, reconocer nuestra propia autoría, y felicitarnos por ello. Y cuando hagamos algo mal reconocer nuestro error, analizar la situación y tratar de corregirlas, sin culpas, sin pensamientos negativos
  •  Cultivar y cuidar nuestrar relaciones personales: reforzar las conductas positivas de las personas de nuestro entorno, corrigiendo las conductas negativas de las personas que nos rodean y nos crean problemas.
  • Entrenamiento específico en técnicas de control de ansiedad y estrés: técnicas de relajación, fortalecer nuestras habilidades sociales (“Saber decir no“), realizar actividades que nos hagan sentir bien y nos ayuden a reflexionar/relajarnos (cocinar, bailar, leer, expresión corporal, teatro, etc.,)

Esperamos que pongais en práctica todos estos consejos y en breve estemos hablando de “Yo antes me ponía muy nervioso, me estresaba, pero ahora....“

“Enfrenta la realidad tal como es, no como era o como deseas que fuera“ (Jack Welch)

jueves, 10 de enero de 2013

10 sencillos pasos para buscar empleo usando Twitter

Si hubiéramos escrito esta entrada hace uno o dos años, sin duda el comienzo tendría que haber sido explicar qué es y para qué sirve Twitter. El rápido avance de la red de los 140 caracteres hace que ya no sea necesario que os expliquemos cual es su finalidad. Pero por si hay algún/a rezagado/a nos remitimos a los muchos tutoriales que se pueden encontrar hoy en día en la red. Entre otros muchos te podemos remitir a este tutorial recientemente publicado por Abel Dominguez (@abeldomi)
Hoy responderemos a una pregunta que nos suelen hacer cada vez más frecuentemente: ¿sirve Twitter para buscar empleo?. En principio la respuesta no es ni positiva ni negativa. Twitter es un medio para comunicarse de manera sencilla, concreta y eficaz, pero como tal no nos va a facilitar un empleo. Creer que, por hacernos una cuenta de Twitter, vamos a encontrar empleo es algo así como ir a un concesionario de coches y encargar un superdeportivo a cuenta del décimo de lotería que acabamos de comprar. Es posible que lo consigas, pero poco probable que lo logres si no pones nada más de tu parte.
Así que vamos a darte algunas pistas para que puedas lograr tu objetivo y que Twitter te sirva en la búsqueda de empleo.
  1. Crea una cuenta de Twitter exclusivamente con fines profesionales. Esta es la primera y más importante recomendación. Seguro que tienes muchos amigos y familiares a los que comunicarles las cosas que haces cada día, pero no mezcles, porque a tus contactos profesionales probablemente no les interese lo que estás haciendo un sábado por la noche. Puedes tener otras cuentas y existen programas que te permiten gratuitamente gestionar a la vez varias cuentas, no sólo de Twitter sino también otras redes sociales. Además el nombre elegido debe ser sencillo, serio y fácil de recordar. 

  2. Prepara a conciencia tu tweet speech. En las últimas décadas se ha instaurado, gracias a Tom Peters y otros autores, la necesidad de centrar nuestra posición profesional a través de un mensaje claro y conciso. Es lo que se vino a llamar "Elevator Speech" o "Elevator pitch". O lo que es lo mismo, imagínate qué le dirías si te cruzas en el ascensor con el presidente de la empresa en la que siempre quisiste trabajar. Son pocos pisos y te tienes que vender, así que si no has preparado el discurso probablemente acabe pasando tu oportunidad. En la red puedes incluso encontrar herramientas que te ayudan a construir tu propio mensaje. Ahora lo que hablamos es del "Twitter speech", que equivale a contar en la descripción de tu perfil quién eres, qué buscas y qué aportas, resumido en 160 caracteres (en este caso nos dan 20 más que en un mensaje normal). Construye el tuyo y sé original, puedes rehacerlo todas las veces que quieras.

  3. No te limites a leer y cuenta cosas. Frase típica del principio: "vale, ya me he dado de alta pero no tengo nada que contar y no veo nada que me interese". Es normal. A cada uno nos interesan temas diferentes y si no te sabes mueves en tu entorno probablemente no encontrarás lo que buscas. Busca tus propios intereses. Es como si vas a una fiesta y no te diviertes: cambia de fiesta. Y por supuesto que tienes miles de cosas que contar, simplemente debes encontrar personas que quieran escucharlas. Crea contenidos, haz reflexiones o si no búscalos y compártelos. Dar y recibir es la clave.

  4. Sigue sólo a las personas e instituciones que te interesen profesionalmente. Si no sabes a quién seguir puedes empezar por saber a quién no debes seguir. Descarta los mensajes del tipo "Me faltan 50 followers para llegar a 1.000 ¿me sigues?". Nunca sigas a nadie por compromiso. Síguelo (o deja de seguirlo) por interés profesional. Hazte una lista de las principales empresas en las que te gustaría trabajar. A continuación investiga su presencia corporativa en la red y las cuentas que puedan tener los principales directivos, e incluso personas que tengas constancia que trabajan en los departamentos de recursos humanos o en los que tú encajarías. Fácilmente podrás sacar una lista de 150 o 200 personas. Lee los mensajes que van colocando de manera regular y entérate de lo que piensan y de lo que transmiten día a día. Haz anotaciones continuamente y utiliza los recursos (enlaces, pensamientos, recomendaciones, ideas...) que con seguridad te facilitan.

  5. Investiga a quienes siguen tus contactos. Marca un objetivo de incremento semanal de tu red. Quita y pon gente, así cada vez la red será mejor y tu te sentirán más identificado/a con ella. Revisa las redes de Linkedin y obten cuentas de Twitter. Agrupa listas tus contactos en listas según una estrategia unitaria: cuentas corporativas, directivos de empresa, profesionales de recursos humanos, instituciones, empresas de mi ciudad... Para sacar provecho a cualquier otra red social, debes trabajar de manera metódica y constante, sin dejar nada al azar.

  6. Interactúa con aquellos que sigues: una respuesta, un comentario o un simple retweet. No sólo se trata de leer, hay que aportar y participar. Acostúmbrate a nombrarlos con la @. Si ves a alguien conocido por la calle seguro que mantienes una conversación con esa persona, aunque sea breve e intrascendente. Twitter es como una inmensa avenida llena de conocidos con los que te vas cruzando y con los que debes hablar, sea por interés o por cortesía. Y además la conversación tiene que ir al grano porque el tiempo, en este caso espacio, es muy escaso.

  7. Manda mensajes directos, pero solo en la fase dos una vez haya cierta confianza. Tras haber intercambiado algunas contestaciones acerca de mensajes mutuos, estaremos en disposición de comenzar a intercambiar DM (mensajes directos en la terminología Twitter). No se trata de agregar un contacto y empezar a agobiarlo el primer día. Todo lleva su tiempo y la relación, en este caso virtual, se tiene que ir asentando. O puede que no se asiente y haya que olvidarse de esa relación. Nunca se sabe.

  8. Utiliza los hastags o etiquetas. Son aquellas palabras que vienen precedidas del símbolo de la almohadilla, por ejemplo #empleo, #trabajo, #prácticas, #ofertastrabajo, #ofertasempleo, #buscotrabajo…. Si pinchas en ellas te saldrán todos los mensajes de la red en que se haya utilizado ese hashtag, aunque no sigas a esas personas. Para ello algunas herramientas como  Hashtagify te van a ayudar a localizar los mejores hashtags relacionados con tus intereses.

  9. Aprende a ser productivo. La primera sensación cuando entramos a Twitter es que la información resulta tan abundante que nos acabará por desbordar. Por ello hay que aprender a ser productivo. Y nada mejor que usar páginas paralelas a Twitter que, basándose en la propia red, nos facilitan una eficiente organización de la información, mediante gestión de varias cuentas, listas, columnas, programación de mensajes, estadísticas, etc. Las más utilizadas en la actualidad son Hootsuite y Tweetdeck 

  10. No hace falta que vayas a Twitter, porque Twitter va contigo. Tras muchos años casi todos hemos comprendido que el secreto del correo electrónico es la inmediatez. Tener una cuenta de correo y entrar un par de veces a la semana sirve de poco si estamos buscando trabajo. Pues en Twitter ocurre lo mismo, las conversaciones deben ser inmediatas. Por ejemplo, responder hoy que es 10 de enero a una felicitación de año nuevo da una mala impresión ¿verdad?. Si accedes desde un ordenador entra al menos una vez al día y establece una meta personal de escribir diariamente algo que interese a tus seguidores, e interactuar con lo que ellos han escrito. Y si tienes acceso a datos móviles lleva Twitter contigo ya que lo tienes disponible y gratuito para cualquier plataforma móvil. Además es texto con lo que, si no abres enlaces, el tráfico de datos puede ser tan limitado como en Whatsapp.
Guarda esta entrada durante unos meses y vuelve a leerla en verano. ¿Has hecho todo lo que te proponemos?. Si la respuesta es positiva, es muy probable que puedas afirmar que Twitter SÍ es útil para buscar empleo.

viernes, 4 de enero de 2013

Los propósitos para el nuevo año


Ya tenemos aquí al nuevo año. Ya se han alejado nuestros miedos ante ese “fin del mundo” que algunos nos auguraban y ya estamos otra vez confeccionando nuestra lista con los propósitos para estos 365 días que tenemos por delante. Dejar de fumar, hacer más deporte, comer sano o dedicar más tiempo a los amigos son algunos de los objetivos que la mayoría de nosotros nos marcamos ahora que empieza el año y esperamos haber realizado dentro de doce meses.
Todos necesitamos tener objetivos que cumplir, ya que si no los establecemos no podremos conseguir nuestras metas. Y está demostrado que hay tres variables que nos influyen de forma considerable a la hora de establecer y conseguir nuestros proyectos. Estas variables son: RETO, ESPECIFICIDAD y PROXIMIDAD. Esto quiere decir que en primer lugar necesitamos ilusión y estímulo que nos haga movilizar la energía necesaria para vencer esa resistencia al cambio que todos tenemos. Tenemos que QUERER conseguir esa meta y para eso es fundamental creer en nosotros mismos, en nuestra propia competencia para alcanzar lo que deseamos. Por otro lado, cuanto más clara y específica sea la meta, mayor probabilidad hay de lograr el éxito, así que necesitamos definir con exactitud lo que queremos conseguir para que nuestro cerebro se ponga en marcha y nos incite a la acción.
Y por último, no debemos proponernos metas a muy largo plazo pues eso nos desanimará y abandonaremos a la mitad del camino. Una meta grande se puede dividir en metas pequeñitas que al ir consiguiendo nos animará a continuar.
Hay algo que no podemos olvidar y que a pesar de haberlo escuchado miles de veces no deja de ser una gran verdad: “querer es poder”. Sea cual sea tu propósito para el nuevo año, si confías en ti, si no pierdes la ilusión y te empeñas en conseguirlo, al final lo conseguirás. Si al principio las cosas no salen como tenías previsto, insiste, busca nuevas formas pero no pierdas de vista tu objetivo. Solo, o con ayuda, los propósitos se consiguen. Y si no lo crees, sigue el ejemplo de los protagonistas de esta historia. ¡ FELIZ 2013 !