Casi siempre que escribo en este blog, me inspiro en lo que sucede en mi entorno o en mi propia experiencia profesional. Y esta entrada está basada en el OPTIMISMO exacerbado de algunas personas ante la búsqueda de empleo. Pero vamos primero a valorar qué es el Optimismo; según la Real Academia Española: "Propensión a ver y juzgar las cosas en su aspecto más favorable"; Analicemos detenidamente esta definición: en principio aparece como algo positivo, pero en ningún momento se plantea que esté basado en la realidad, claramente marca “propensión”, cierta tendencia a,… insisto sin aclarar en ningún momento que sea desde un punto de vista realista. Llegando desde aquí, a la cuestión que se platea al inicio de esta entrada ¿Es tan positivo ser optimista? O tal vez habría que plantearse ¿a que nos lleva ese optimismo?... Desde mi punto de vista el optimismo generalmente lleva a una visión excesivamente positiva de la situación con pocos tintes realistas, hecho que no será facilitador para enfrentar las situaciones difíciles.
A lo que me estoy refiriendo es al llamado “Optimismo ñoño” que propone el profesor y conferenciante Luis Galindo, esa especie de negación ilusa de la realidad. En contraposición al concepto de Optimismo Inteligente surgido, a partir de las investigaciones realizadas a través del modelo teórico de Martin Seligman, la Psicología Positiva, dedicada al estudio del bienestar psicológico y de la felicidad así como de las fortalezas y virtudes humanas.
El optimista inteligente es capaz de ver la situación real, analizarla, reflexionar sobre ella y optar por la decisión que le favorezca más y le aporte más beneficios para salir de ella. Asume su responsabilidad en la situación, desde un punto de vista positivo pero siempre basado en la realidad. Son aquellas personas que ante esta situación de crisis que estamos viviendo, se plantea ante su búsqueda de empleo: “aprovecharé el tiempo en desempleo para mejorar mi idioma, formarme en este sector, adquirir experiencia en este ámbito de forma voluntaria, haré una estancia en el extranjero,…” Y no se lamentará de lo mal que esta todo, de lo injusta que es la vida, de la mala suerte de que le haya tocado a él, … sin hacer nada para remediarlo, porque cree que no puede hacer nada, como haría y pensaría el pesimista. O diría que todo es maravilloso, que no hay que preocuparse porque todo se solucionará, o que seguro que la suerte estará de su lado y le traerá un trabajo muy pronto,… como se plantearía el optimista ñoño.
Por mi experiencia cotidiana, sé que se gana más tanto mentalmente como personal y profesionalmente manteniendo lo que llamo, modestamente “ACTITUD POSITIVA” o lo que dicen los grandes profesionales el Optimismo Positivo ante nuestra búsqueda de empleo.
“El sentido de las cosas no está en las cosas mismas, sino en nuestra actitud hacia ellas” (Antoine De Saint Exupery)
Estoy de acuerdo, el optimismo inteligente nos empuja a hacer cosas y manejar nuestro futuro, el optimimo estupido nos confunde...
ResponderEliminarMe gustan tus ideas, gracias Concha!!