Está a la orden del día, tanto por los medios de comunicación como por los diferentes agentes sociales, el vendernos que la solución del desempleo es inmigrar al extranjero. Tanto nos lo están diciendo que parece hasta lo más normal del mundo y que si no lo puedes o no quieres te sientes presionado, obligado, forzado, por el entorno social.
Pero la pura verdad es que no todo joven recién titulado o profesional con poca experiencia tiene la obligación de irse al extranjero para encontrar un trabajo, primero porque este objetivo no está siempre garantizado, y segundo porque no todo el mundo está preparado para ello. Estas ideas son las que deben considerar aquellas personas que se estén planteando este nuevo reto en su vida, ya que lo primero que tienen que tener en cuenta es si realmente es lo que quieren y si disponen de las herramientas, recursos y actitudes para hacerlo.
Pero la pura verdad es que no todo joven recién titulado o profesional con poca experiencia tiene la obligación de irse al extranjero para encontrar un trabajo, primero porque este objetivo no está siempre garantizado, y segundo porque no todo el mundo está preparado para ello. Estas ideas son las que deben considerar aquellas personas que se estén planteando este nuevo reto en su vida, ya que lo primero que tienen que tener en cuenta es si realmente es lo que quieren y si disponen de las herramientas, recursos y actitudes para hacerlo.
Una de las primeras cuestiones más importantes y fundamentales que nos debemos plantear es ¿qué nivel de idiomas tenemos? “¡Elemental querido Watson!” si quiero salir al extranjero debo conocer el idioma de ese país u otro con el que pueda hacerme entender en éste. En el caso de que nuestro nivel sea bajo, tendremos más dificultades para hallar un puesto de trabajo y nuestro primer periodo en tierras extrañas será más duro. Por tanto a lo mejor, uno se debe parar y reflexionar si será capaz de adaptarse y desenvolverse, y de las oportunidades reales que tiene con este hándicap, antes de partir.
Desde nuestro punto de vista, el siguiente paso sería elegir destino. Generalmente cuando uno se dispone a buscar empleo en el extranjero, se opta en la mayoría de las ocasiones por Europa, posiblemente por la cercanía, y principalmente por países de habla inglesa, por el hecho de mejorar el nivel de inglés que se posee, y porque mayoritariamente este es el idioma más demandado en el mundo laboral, reduciendo bastante las posibilidades. Pero os planteamos, tal vez ¿no sería mejor primero mirar cómo está el mercado laboral en los diferentes países, que tipo de ofertas se ofrecen en función de nuestro perfil, que requisitos solicitan para trabajadores de otros países, etc., y luego ver cuáles encajan mejor con nuestros perfil y objetivos? … Está claro que la situación económica en el mundo está pasando por un mal momento, por ello una búsqueda de información y de datos concretos nos pueden ayudar a elegir un destino ajustado a nuestras necesidades y capacidades, y por tanto mejores resultados.
También es importante tener en cuenta el tiempo que consideramos adecuado que dure nuestra experiencia en el extranjero, porque ello también nos abrirá o cerrará puertas. Según una encuesta realizada por Trabajando.es y Universia, el mayor porcentaje de los encuestados con intención de viajar al extranjero en búsqueda de empleo, consideran que el tiempo de estancia en otro país debería ser mayor de un año, le sigue el grupo de los que piensan que de un año y un porcentaje más pequeño dice que sólo 6 meses y muy cercano aquello que opinan que sólo tres meses. Nuestra opinión es que esto dependerá en función de lo que queramos obtener de esta decisión: irnos a trabajar, vivir otra forma de vida e involucrarse en la cultura de esa nación, aprender o mejorar un idioma, tener una nueva experiencia, una especialización, avanzar en nuestra carrera profesional, … Porque cada una de estas opciones requerirá mayor o menor tiempo, por ejemplo es obvio que en tres meses una persona no aprende un idioma, lo puede mejorar algo, pero no manejarlo.
Otro factor importante es la cuestión económica ¿disponemos de recursos para mantenernos en ese país hasta hallar un empleo? ¿Podemos vivir en ese lugar hasta cobrar nuestro primer sueldo? ¿Con el dinero que me pagan me puedo mantener? ¿Debería buscar financiación, alguna ayuda o trabajo temporal, hasta poder ser independiente en mi destino?... De nuevo una nueva cuestión decisiva para el paso a dar, y que en muchas de las ocasiones supone la barrera principal que nos impide marcharnos. Me gustaría detenerme en un aspecto, relacionado con este punto y que he podido observar y comprobar en mi experiencia profesional diaria, y es que muchos recién titulados consideran una gran inversión económica irse al extranjero a mejorar su idioma, a realizar unas prácticas o en búsqueda de un empleo, siendo reticentes a solicitar a sus progenitores esa financiación, hecho que no sucede cuando el motivo es realizar formación de postgrado, que no tienen estas trabas y no lo consideran así. Vuelvo a insistir todo depende de tú objetivo profesional, de lo que tú quieras lograr.
No deberíamos dejar en el tintero el asunto de cómo hemos decidido irnos al extranjero: con una beca, trabajo temporal, trabajo profesional, formación de idiomas, a través de una empresa, por tu cuenta,… Porque cada una de estas opciones irá ligada a las decisiones anteriores, y algunas nuevas que surgirán de esta nueva alternativa; si por ejemplo, escojo irme al extranjero a través de una empresa que me busque el puesto y el alojamiento, el proceso será más rápido, cómodo, pero más caro.
Todo lo planteados es para llegar a una idea fundamental: “todo en esta vida requiere de esfuerzo, reflexión y trabajo”, aunque traten de vendérnoslo como la panacea, esta elección conlleva todo un proceso de búsqueda, preparación, información, motivación, capacitación, etc., que nos puede llevar a obtener el resultado deseado, o no. Por ello nuestra recomendación es que como cualquier actuación que vayas a realizar en el camino de tu objetivo profesional, que no te arrebates, eches el freno de mano y analices si es posible y cómo es posible. La ilusión, las ganas y la motivación son importantes pero no suficientes para lograr este fin, como hemos visto. Y no hay nada peor que poner todo nuestro entusiasmo en una meta que de antemano se sabe que es imposible conseguirla, porque las consecuencias son la frustración, desesperanza y el fracaso profetizado.
“Se alcanza el éxito convirtiendo cada paso en una meta y cada meta en un paso”
Estoy de acuerdo con el hecho de que no es algo asegurado que marchando a trabajar al extranjero encuentres el empleo que no encuentras en España. Lo que si es seguro es la aportación de valores positivos que añaden a tu currículum. Además del crecimiento personal que ofrece esta experiencia de la que poca spersonas tienen un resultado negativo. Os recomiendo eso si que os ayudéis de la mano de profesionales del sector. Yo lo hice con una agencia de España Puromundo y lo recomiendo a todo el mundo. Os dejo el enlace por si os interesa http://www.puromundo.com/. Espero que os guste :)
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