Un universitario que termina los estudios habrá pasado por las diferentes etapas del sistema educativo a lo largo de los últimos 20 años. Desde que un alumno se incorpora a la educación infantil tiene totalmente claras y delimitadas sus obligaciones. El curso está dividido en trimestres o cuatrimestres, con sus correspondientes periodos de vacaciones; los cuatrimestres en meses, estos en semanas de lunes a viernes y las semanas en días. El alumno, cada día que se levanta, tiene absolutamente claro lo que tiene que hacer en cada momento: desayunar, ir a clase, estudiar, hacer exámenes, realizar prácticas, presentar trabajos... En definitiva lo tenemos todo perfectamente planeado o, más bien, nos lo dan todo hecho. Este esquema se repite sistemáticamente, estemos hablando de una alumna de infantil con 3 años o de una universitaria de 23. Todo el mundo lo sabe, todo el mundo lo asume y todo el mundo tiene claro que es la mejor manera de llegar a buen puerto en los estudios.
El problema viene cuando esta alumna concluye sus estudios y se plantea buscar empleo. Parece como si la perfecta organización en la que ha vivido inmersa en las últimas décadas se viniera abajo y tuviera que replantearse lo que debe de hacer. Y en parte es así. Los años de estudiante se diferencian de los de trabajo profesional en la autonomía. El estudiante, que hasta el momento lo ha tenido todo organizado, debe tomar las riendas de su destino y aprender a planificar para lograr su objetivo. Y este no es otro que su éxito profesional.
Pero si hay un tema en orientación que nos cuesta hacer comprender a las personas que buscan empleo es precisamente que necesitan un sistema. Y no cualquiera, sino un nuevo sistema organizativo propio en el que todo encaje milimétricamente. La búsqueda de empleo debe ser adaptada a cada persona, sistemática a la hora de repetir actividades, modificable en función de los resultados que se van obteniendo y organizada de manera que no quede lugar a duda de la efectividad del método.
Además buscar empleo debe ser un sistema que encaje perfectamente en la vida de la persona que busca empleo, con un planning organizado en el que cada minuto y cada hora tenga un sentido y esté ocupado por una actividad determinada, sea esta la consulta de ofertas, la elaboración de candidaturas, la búqueda de información, la gestión de contactos o la formación (o autoformación). Y no sólo actividades enfocadas al empleo, sino también aquellas que se desarrollan habitualmente en la vida de cualquier persona y que hacen que se sienta integrado socialmente. En este sentido nos referimos al trato con las personas que nos rodean, el ocio o las actividades lúdicas de cualquier tipo. El objetivo está claro: levantarnos sabiendo cuales van a ser las actividades que vamos a realizar ese día y acostarnos con la conciencia de que las hemos convertido en realidad. De esta manera el sentimiento de autoestima y de evolución positiva en la consecución de objetivos crece exponencialmente. Lo contrario equivale a que lo más probable sea que pronto aparezcan las dudas, la ansiedad y el desánimo, generalmente con el primer revés sufrido y a las primeras de cambio.
Muchas veces los usuarios de servicios como el nuestro tienen la errónea percepción de que simplemente estamos para enseñarles a elaborar un curriculum, superar unas pruebas psicotécnicas o realizar convenientemente una entrevista. Esto sólo son actividades aisladas en la búsqueda de empleo, destrezas que adecuadamente desarrolladas pueden hacer mejorar la posición en el mercado de la persona que busca empleo. Pero realmente el éxito no se encuentra en ellas propiamente dichas, sino en la integración de las mismas en un sistema. Es decir un plan sencillo, ágil y eficaz, que poco a poco va tomando la forma de las necesidades del individuo y le hacen estar más seguro, tanto de lo que tiene que hacer como de sus posibilidades.
Si aún no tienes un sistema, y te dedicas más bien a la busqueda ocasional y desordenada de empleo, esperamos que esta entrada te haga reflexionar. Si ya lo tienes y no te funciona debes ir pensando en hacer retoques. No existen los sistemas estáticos, y menos aún los infalibles, para buscar empleo. Los mismos deben ser adaptados a cada persona, a cada entorno y a cada momento. En el CIPE estamos siempre a tu disposición para ayudarte a mejorar el tuyo.
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