Abre cualquiera de las páginas web en las que habitualmente buscas empleo. Pocas ofertas ¿verdad? Y las pocas que hay, relacionadas con tu perfil, probablemente será muy difícil que la vaya a ocupar un recién titulado sin apenas experiencia como tú. Sentimos decirte que alguien mejor posicionado que tú probablemente la termine ocupando.
Alguien se te ha colado. Aquí algo no cuadra. Y no son las ofertas, son los contactos. ¿Malditos enchufes?. Para nada. Mucho mejor benditos enchufes. Pero los enchufes o contactos, los podemos llamar como queramos sin perder su significado, sí que debemos gestionarlos convenientemente. En una red de contactos, bien sea presencial o virtual, las relaciones que se establecen pueden ser homófilas o heterófilas. Según la wikipedia, "se denomina homofilia (literalmente «amor a los iguales») a la tendencia de las personas de relacionarse con personas que se parecen a ellas. La similitud puede ser respecto a diferentes atributos como creencias, clase social, educación, edad etc. No tiene porqué tener connotaciones sexuales, puede hacer alusión a amistades que comparten aficiones o personas unidas por ideas e intereses comunes. El término fue acuñado por el astrólogo, autor y psicoanalista alemán Karl-Günther Heimsoth en su disertación doctoral Hetero- und Homophilie en 1924." Por tanto heterofilia es justamente lo contrario, es decir la tendencia de las personas a relacionarse con personas alejadas en su clase social, creencia o posición por poner algunos ejemplos. Partamos de una idea: a más similitud entre dos individuos, con más efectividad y sencillez se comunicarán.
Para tus fines de posicionamiento en el mercado laboral ¿qué tipo de relaciones son más convenientes?. Sin lugar a dudas las heterofílicas. Si entablas una relación con un compañero de clase o una persona que tenga tu edad, tu nivel de estudios y viva en tu entorno, lo más probable es que encuentres muchos puntos de conexión y el nivel de atracción social sea importante. Las ambiciones, los puntos de vista o los temores tienden a ser similares y la relación fluirá de manera sencilla. El problema es que la otra persona sabrá más o menos lo mismo que tú y lo que te puede aportar es más o menos lo mismo que le puedes aportar tú: nada nuevo. ¿Son malas estas relaciones?. En absoluto. Son las más frecuentes, son imprescindibles para el desarrollo de la persona y aportan seguridad al individuo. Pero si quieres obtener nueva información, nuevas ideas o nuevos recursos, estas no serán las personas más adecuadas. La clave está en las novedades. Las redes homófilas se mueven en horizontal, de igual a igual, y en ellas la información se mueve de manera muy rápida; pero las novedades son escasas. En cambio en las heterófilas las novedades son continuas, pero es más complicado que puedas acceder a ellas y se mueven más lentamente.
¿Y cómo desarrollar estas productivas relaciones?. Aquí entra en juego la habilidad de cada persona. El surgimiento de redes virtuales, del estilo de Linkedin, han provocado un cambio en las relaciones sociales a nivel profesional. Ahora tenemos gente a nuestro alcance que antes ni nos hubiéramos planteado conocer. Profesionales alejados de nuestra posición social, con altos niveles de influencia y un posicionamiento en el mercado que envidiamos. Si sabemos movernos en este entorno y exprimir al máximo todas las posibilidades podemos lograr interesantes relaciones. Pero no sólo en el entorno virtual. A nivel presencial también debes ampliar tu presencia en aquellos lugares donde puedas encontrar contactos alejados de tu entorno habitual: asociaciones, conferencias, actividades, ferias, presentaciones, etc. Al principio te costará entablar conversaciones con personas con las que no estás acostumbrado a tratar. Nada que no se pueda solucionar a base de práctica.
La conclusión es evidente: tienes que mirar más allá y localizar relaciones fuera de tu entorno, personas que están en una posición diferente, viven en un entorno diferente o hacen cosas diferentes a las que sueles. Ellas serán las que te puedan aportar recursos e ideas que te sirvan para progresar profesionalmente. Es decir, sin abandonar las sencillas y cómodas relaciones homofílicas, debes tender a localizar las otras aunque sean, o las veas, muy complicadas. Son tan difíciles como necesarias: la homofilia te pone en contacto con la sociedad y la heterofilia te pone en contacto con el éxito.
Alguien se te ha colado. Aquí algo no cuadra. Y no son las ofertas, son los contactos. ¿Malditos enchufes?. Para nada. Mucho mejor benditos enchufes. Pero los enchufes o contactos, los podemos llamar como queramos sin perder su significado, sí que debemos gestionarlos convenientemente. En una red de contactos, bien sea presencial o virtual, las relaciones que se establecen pueden ser homófilas o heterófilas. Según la wikipedia, "se denomina homofilia (literalmente «amor a los iguales») a la tendencia de las personas de relacionarse con personas que se parecen a ellas. La similitud puede ser respecto a diferentes atributos como creencias, clase social, educación, edad etc. No tiene porqué tener connotaciones sexuales, puede hacer alusión a amistades que comparten aficiones o personas unidas por ideas e intereses comunes. El término fue acuñado por el astrólogo, autor y psicoanalista alemán Karl-Günther Heimsoth en su disertación doctoral Hetero- und Homophilie en 1924." Por tanto heterofilia es justamente lo contrario, es decir la tendencia de las personas a relacionarse con personas alejadas en su clase social, creencia o posición por poner algunos ejemplos. Partamos de una idea: a más similitud entre dos individuos, con más efectividad y sencillez se comunicarán.
Para tus fines de posicionamiento en el mercado laboral ¿qué tipo de relaciones son más convenientes?. Sin lugar a dudas las heterofílicas. Si entablas una relación con un compañero de clase o una persona que tenga tu edad, tu nivel de estudios y viva en tu entorno, lo más probable es que encuentres muchos puntos de conexión y el nivel de atracción social sea importante. Las ambiciones, los puntos de vista o los temores tienden a ser similares y la relación fluirá de manera sencilla. El problema es que la otra persona sabrá más o menos lo mismo que tú y lo que te puede aportar es más o menos lo mismo que le puedes aportar tú: nada nuevo. ¿Son malas estas relaciones?. En absoluto. Son las más frecuentes, son imprescindibles para el desarrollo de la persona y aportan seguridad al individuo. Pero si quieres obtener nueva información, nuevas ideas o nuevos recursos, estas no serán las personas más adecuadas. La clave está en las novedades. Las redes homófilas se mueven en horizontal, de igual a igual, y en ellas la información se mueve de manera muy rápida; pero las novedades son escasas. En cambio en las heterófilas las novedades son continuas, pero es más complicado que puedas acceder a ellas y se mueven más lentamente.
¿Y cómo desarrollar estas productivas relaciones?. Aquí entra en juego la habilidad de cada persona. El surgimiento de redes virtuales, del estilo de Linkedin, han provocado un cambio en las relaciones sociales a nivel profesional. Ahora tenemos gente a nuestro alcance que antes ni nos hubiéramos planteado conocer. Profesionales alejados de nuestra posición social, con altos niveles de influencia y un posicionamiento en el mercado que envidiamos. Si sabemos movernos en este entorno y exprimir al máximo todas las posibilidades podemos lograr interesantes relaciones. Pero no sólo en el entorno virtual. A nivel presencial también debes ampliar tu presencia en aquellos lugares donde puedas encontrar contactos alejados de tu entorno habitual: asociaciones, conferencias, actividades, ferias, presentaciones, etc. Al principio te costará entablar conversaciones con personas con las que no estás acostumbrado a tratar. Nada que no se pueda solucionar a base de práctica.
La conclusión es evidente: tienes que mirar más allá y localizar relaciones fuera de tu entorno, personas que están en una posición diferente, viven en un entorno diferente o hacen cosas diferentes a las que sueles. Ellas serán las que te puedan aportar recursos e ideas que te sirvan para progresar profesionalmente. Es decir, sin abandonar las sencillas y cómodas relaciones homofílicas, debes tender a localizar las otras aunque sean, o las veas, muy complicadas. Son tan difíciles como necesarias: la homofilia te pone en contacto con la sociedad y la heterofilia te pone en contacto con el éxito.
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