martes, 23 de noviembre de 2010

Si quieres llegar a algún sitio debes moverte

Reflexión obvia  ¿no?. Podría haber iniciado esta entrada con cualquiera de las muchas frases que múltiples pensadores han ido dejando a lo largo de la historia acerca del movimiento. ¿Quién no ha escuchado aquello de “el movimiento se demuestra andando”? Bien, pues fue formulada hace más de 2300 años por el filósofo griego Diógenes de Sinope.

Desde entonces todo el progreso de la humanidad, que ha sido mucho, se ha fundamentado sobre el movimiento. Si a nadie se le hubiera ocurrido dar un paso en determinadas circunstancias nuestro mundo actual no sería como es, si nadie se hubiera arriesgado seguiríamos viviendo en una sociedad primitiva. Afortunadamente nuestros antepasados fueron valientes y se arriesgaron. Dieron un paso al frente y ello ha provocado que nuestra vida sea más fácil que la que tuvieron ellos, nuestra esperanza de vida se haya multiplicado y nuestro grado de libertad y desarrollo social sea infinitamente mayor del que disfrutaron ellos y ellas.
Además y siguiendo con mis reflexiones filosóficas, se nota que llega el invierno, puedo asegurar que comenzar a moverte puede resultar una decisión complicada y arriesgada. Pero también todo un logro maravilloso. Una vez en movimiento es difícil que nada ni nadie pueda pararte. Thomas Hobbes, padre del materialismo mecanicista, ya decía en el siglo XVII:

“Una vez que un cuerpo está en movimiento se mueve eternamente a menos que algo se lo impida; y cualquiera que sea la cosa que impida este movimiento no podrá extinguirlo en un instante sino al cabo de cierto tiempo y gradualmente”.

Para Hobbes el hombre se mueve continuamente para alcanzar sus deseos; este movimiento se clasifica en dos tipos: de acercamiento, el hombre siempre se acerca a las cosas que desea y de alejamiento, el hombre se aleja de las cosas que ponen en peligro su vida. Conclusión: por mucho que desees algo es altamente improbable que lo consigas si no te acercas a ello.
Dejemos la filosofía y volvamos a la cruda realidad. No tienes trabajo y estás buscando una salida profesional. ¿Consideras que te estás moviendo lo suficiente para tener éxito? ¿Te estás acercando a ese objetivo que es poder desarrollar tus conocimientos dentro de una organización y que la misma te remunere adecuadamente por ello?. Si, ya lo sé, me dirás que echas instancias en todas las ofertas que hay, que has mandado cientos de autocandidaturas, que has movido todos los contactos, que estás formándote haciendo cursos y mas cursos. También me dirás que las empresas cada vez piden más: más experiencia, más idiomas, más habilidades. Es normal, la oferta es escasa y la demanda alta. No es nada nuevo, hace siglos que ocurre. Ante un mayor número de candidatos las empresas tienden a pedir más y más requisitos, por pedir que no quede.
Pero aparte de todo lo que estás haciendo reflexiona un poco: ¿Estás demostrando todo lo que vales? ¿Has pensado como revertir la situación o te has dejado llevar por lo que te han dicho? ¿Has planificado correctamente la búsqueda, más allá de ponerte a buscar mecánicamente ofertas?. No me gustan las listas de consejos porque tienden a ser entendidos como verdades absolutas y pueden ser tomadas como una solución fácil que nos evite pensar. Pero se me ocurren algunas recomendaciones para hacerte pensar, seguro que no es la primera vez que las escuchas. Eso sí, para que sean eficaces más que escucharlas debes ponerlas en práctica y eso ya depende de tí:

1.      Planifica. No por moverte mucho vas a llegar antes. Debes tener claro tus objetivos, donde estás, que puedes ofrecer y a donde quieres llegar. Si actúas razonadamente veras en que te estás equivocando y podrás variar tus decisiones. Si no estarás en un bucle interminable de actividad sin sentido.
2.      Actúa. Las decisiones se ejecutan. Si no se llevan a cabo no sirven de nada; es preferible equivocarse que no intentarlo.
3.      Piensa en positivo. La situación para buscar empleo hoy no es fácil, pero si piensas en negativo aún te desanimarás más.
4.      Abre la mente. No por repetir algo que no funciona hasta el infinito te va a acabar funcionando. Es posible que sí, pero no es probable. Habrá que buscar nuevas alternativas. Y si estás pensando en algo nuevo que pueda mejorar tu situación adelante, aunque no te lo haya recomendado aún nadie. En las ideas originales hay más probabilidad de éxito.
5.      Se proactivo/a. Seguro que si nos sigues habitualmente en este blog ya sabes a que nos referimos. Ser proactivo significa moverte en función de lo que te rodea, saber analizar situaciones y actuar en el momento justo con la energía adecuada.
6.      No debes esperar. Vale, ya sé que los medios de comunicación nos transmiten continuamente el mensaje de los políticos de que la situación va a mejorar y es cuestión de esperar un tiempo. No podemos predecir el futuro. Si te limitas a esperar que amaine el temporal te puedes quedar atrás. Como bien dice el Dalai Lama: “Esfuérzate por conseguir lo mejor, pero prepárate para lo peor y, sobre todo, nunca te rindas.”
7.      Demuestra. ¿Cómo voy a demostrar lo que valgo si nadie me da una oportunidad?¿ A que lo estás pensando?. Todo el mundo tiene oportunidades, a lo mejor no son como pensabas, pero existen. Hay que buscarlas y si no surge ningún contrato, habrá que mirar algunas prácticas. Y si no hay prácticas siempre podrás demostrar lo que vales mediante el voluntariado: eres universitario y por tanto personal muy cualificado que seguro es bien recibido en entidades sin ánimo de lucro. Recuerda que si estas cerca del trabajo es mucho más fácil que encuentres otro trabajo. Si estás lejos es más complicado.
8.      Expándete. A nivel mental, por supuesto. Los contactos siempre han sido importantes pero hoy lo son más aún. Si nunca los has utilizado, aprende hacerlo. Ni te imaginas la cantidad de oportunidades que se te están escapando. ¿Y qué me dices de las redes sociales profesionales?. Hay muchas oportunidades en este terreno, más allá de Facebook y Tuenti en los que seguro estás pensando. Busca “Linkedin” o “Xing” en Google y te sorprenderás.
9.      Se práctico y no te frustres. Estoy de acuerdo contigo en que después de 20 años estudiando lo último que te esperabas era tener dificultades para trabajar. Pero las hay. . Y es complicado que puedas hacer nada al respecto. Esta no es la película que te habían contado, pero te ha tocado ser la/el protagonista. ¿Quieres un buen consejo? No intentes cambiar de lado el sol que te molesta en los ojos, porque es imposible. Es mejor que cambies tú de posición. Recuerda que en la naturaleza normalmente no triunfa aquel animal que tiene más fuerza, sino el que mejor se adapta al medio en que vive.
10.   Y diez. Como toda buena lista que se precie debe tener números redondos ¿no?. Pero como aquí tú eres el protagonista: ¿qué consejo te darías a ti mismo para mejorar la situación?. Veamos quién es la primera o el primero….

miércoles, 10 de noviembre de 2010

La vida es un arco iris, pero incluye el gris

Después de estar hablando el otro día con un gran amigo que se ha quedado en desempleo en una situación complicada -imagino que como el resto de los 4 millones de personas que están en paro- estuve reflexionando sobre la conversación y sobre determinados aspectos que me parecieron especialmente significativos, y que paso a compartir con vosotros.

Es complicado decirle a una persona, tanto si busca su primer empleo como si se ha quedado en desempleo después de un tiempo trabajando, ya seas su amiga o una orientadora profesional, “que sea fuerte, que no se deje llevar por la situación y que ante todo mantenga la calma, porque es la fórmula que le ayudará a enfrentar su nueva realidad”. Con el estado de angustia y desconcierto por el que está pasando, él/ella internamente está pensando que eso precisamente no es lo que más le va ayudar, y que además, esa capacidad no la encuentra en su repertorio de habilidades en esos momentos. Pero realmente -como yo le comenté a mi amigo- esta realidad que estamos viviendo es algo que nos ha venido dado y que nosotros no tenemos el poder ni los recursos para cambiarla, pero sí está en nuestras manos cambiar de actitud hacia ella.


¿No consideráis que es la mejor forma de enfrentarla?


Por otro lado al plantearle cuál era su objetivo profesional, me contestó que ante tal panorama cualquier cosa, y le comenté que desde mi punto de vista era un error. Para mi la búsqueda de empleo actualmente debe ser como un camino que nos lleva a una meta o destino, se supone que es el que queremos, por ello tendremos que tener claro ese objetivo para saber cómo encaminarnos a él. Lo importante no es alcanzarlo ya, lo verdaderamente importante es llegar. Esta meta mantendrá nuestra motivación y nos hará encaminar nuestros esfuerzos y trabajo diario hacia ella. No importa que en algún momento pensemos que nos estamos alejando de ella, por ejemplo que nos vayamos a trabajar temporalmente a un país extranjero en un puesto que no sea acorde a nuestros estudios, lo primordial es que el análisis que hagamos de esta decisión sea positivo, interpretándola como un medio más para llegar a nuestro fin; en este caso mejorar el idioma y adquirir capacidades y competencias de diversa índole (resolución de problemas, hacerse entender, atención al público,…).


Estuvimos de acuerdo en que es importantísimo, en este momento crítico, estar activos. La mente nos juega malas pasadas, y cuando se le deja rienda suelta, se convierte en nuestra peor enemiga. Por ello, el tener todos los días actividades que hacer, plantearnos una agenda con las tareas que realizaremos a lo largo del día, nos hará sentirnos ocupados y nuestra actividad mental estará orientada a ello. Una parte importante de nuestro tiempo la dedicaremos a nuestra búsqueda de empleo (realizar formación, acudir a eventos relacionados con los temas que nos interesen, leer artículos, contactar con profesionales, etc.); pero también es conveniente incluir en esta agenda actividades deportivas, artísticas, etc. que nos hagan sentir bien y descarguemos tensión y energía acumulada. Además él me comentaba que para cambiar esos pensamientos negativos (que no podía evitar que surgieran en su cabeza), se había planteado una estrategia para combatirlos: valorar las pequeñas cosas que le estaba ofreciendo este desempleo, como estar más tiempo con la familia, compartir con los amigos más momentos, hacer cosas para las que antes no tenía tiempo como aprender un segundo idioma...


El triunfo no está en vencer siempre, sino en nunca desanimarse (Napoleón)

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Movilidad: sí, pero con seguridad

Son ya muchos años los que lleva en funcionamiento la red Eures, iniciativa de la Comisión Europea destinada a la cooperación en materia de movilidad de trabajadores entre los países miembros de la Unión Europea. Islandia, Noruega, y Liechtenstein y Suiza, sin ser países de la Unión Europea también participan en la red. En Castilla-La Mancha está gestionada por el Servicio Público de Empleo (SEPECAM).

Hoy en día son muchas las consultas que se realizan en los servicios de orientación por parte de titulados que desean iniciar su vida profesional en el extranjero, por las innegables ventajas que esta experiencia le puede reportar en su futuro. Tras las becas de prácticas profesionales tras concluir los estudios, cuya demanda sigue siendo mayoritaria, la posibilidad de obtener un contrato de trabajo en un país europeo atrae mucho a los jóvenes más cualificados.

Entre las misiones principales de Eures encontramos las de:

  • Ayudar a los empresarios que deseen contratar trabajadores de otros países. La ofertas de trabajo se vuelcan en una bolsa común que, por ejemplo, en el dia de hoy cuenta con 910.723 ofertas. Si accedemos a esta bolsa para buscar empleo veremos que el funcionamiento es similar a cualquier web de empleo, ya que desde nuestro perfil de usuario podremos gestionar cualquier inscripción en ofertas.
  • Informar, orientar y asesorar a los candidatos a la movilidad tanto sobre las oportunidades de empleo como sobre las condiciones de vida y de trabajo en el Espacio Económico Europeo. Desde la web de Eures se facilita todo tipo de información sobre el mercado de trabajo y condiciones de vida de cada país. Pero además contamos con la colaboración de los euroconsejeros, profesionales con los que podemos contactar en cualquiera de los países para informarnos sobre cualquier tema relacionado con este o aquel mercado de trabajo. Desde la propia web se puede buscar a estas personas que con seguridad nos ayudarán.

Pero no todo consiste en buscar un trabajo. También es importante saber donde buscarlo. España está por debajo de la media europea en movilidad de trabajadores. Nos cuesta mucho, algo menos en época de crisis, pero salir al extranjero genera muchas dudas acerca de los derechos y obligaciones que tendremos: ¿Qué influencia puede tener el trabajar en otro país distinto de cara a los derechos del trabajador? ¿Los derechos son los mismos para un extranjero que para un nacional del país? ¿El tiempo de cotización en un país es válido para otro? ¿Tendremos cubiertos derechos como la asistencia sanitaria, el desempleo, etc…?

En 1957 se inicia la historia de la movilidad de trabajadores en la Unión Europea. Hoy forma parte del derecho más general de la libre circulación de las personas, una de las libertades fundamentales garantizadas por el Derecho comunitario que, bajo ciertas condiciones, permite a los ciudadanos de la UE trasladarse a otro país de la UE para retirarse, estudiar o residir sin ejercer una actividad económica. El sistema se basa en los conceptos “lugar de residencia” y “lugar de trabajo”, que determinan los países. Dependiendo de ambos se concretarán nuestros derechos. En la actualidad siendo ciudadano de la Unión Europea:

  • Estamos cubiertos con seguridad por alguna legislación. Bien sea por aquella del país donde trabajemos, o si no trabajamos, por la del país en que residamos.
  • Por el principio de igualdad de trato, tendremos los mismos derechos y obligaciones que los ciudadanos del país al cual nos traslademos.
  • Al solicitarse una prestación se contabilizarán, si fuera necesario, los periodos anteriores cotizados en otros países. Cada país en el que hayamos estado asegurados conservará nuestro historial hasta que llegue nuestra edad de jubilación; después se dirimirá la compatibilidad de unas prestaciones con otras, pero los periodos a contabilizar serán válidos.
  • Si tenemos derecho a una prestación en un país de la Unión Europea, podremos seguir percibiéndola aunque residamos en otro país. Excepto en el caso en que sean prestaciones no contributivas (no derivadas de un derecho adquirido por cotizar anteriormente) que sólo se pueden recibir si residimos en el país que nos la concedió.
  • En materia de prestaciones de enfermedad tendremos los mismos derechos que los ciudadanos de aquel país por el hecho de residir allí. No olvidemos, antes de salir de España, solicitar la Tarjeta Sanitaria Europea.
  • Para solicitar prestaciones por desempleo deberemos inscribirnos como demandantes de empleo podremos elegir entre hacerlo en el último país donde trabajamos o en el que residamos, aunque en este caso existen varios casos especiales que contemplan a los trabajadores transfronterizos. Son aquellos que trabajan en un país y residen en otro, caso muy frecuente en muchas zonas de Europa.

Recientemente, en mayo de 2010, ha entrado en vigor una nueva normativa sobre prestaciones sociales que, sin afectar a los derechos antes citados, pretende conseguir una prestación de servicios mucho más sencillos y accesibles. Muchos de los formularios que se empleaban antes se están homogeneizando y la demostración de derechos adquiridos en otros países es mucho más sencilla. Esta unificación de sistemas alcanza no sólo al territorio de la Unión Europea, sino también a los antes mencionados Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza

Salir fuera para trabajar no es difícil y de hecho cada día es más sencillo. La tendencia que apunta el futuro es clara: cada vez la movilidad geográfica, al menos intraeuropea, va a tener más peso en la Europa del futuro. No olvidemos que en un territorio más grande, siempre habrá más oportunidades. Ampliar las miras de trabajo a Europa supone acceder a un mercado de 501.259.840 ciudadanos, frente a un mercado local que representa menos de la décima parte del total.

Si tienes cualquier duda acerca de derechos y obligaciones por el hecho de cambiar de país de trabajo puedes consultar la web oficial de la Coordinación de la Seguridad Social en la UE. También puedes acudir a nuestra Guia de Orientación Profesional para Universitarios, que tienes disponible en nuestra web. Y por supuesto, si sigues teniendo cuestiones dudosas puedes preguntarnos en el CIPE, a través de los medios que utilizas habitualmente.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Agricultores de la buena suerte

En 1946 Viktor Emil Frankl psiquiatra austriaco de origen judío publicó un libro titulado “El hombre en busca de sentido”(Paidós Ibérica, 2002). Frankl acababa de sobrevivir a una espantosa experiencia durante cuatro años en los campos de concentración nazis de Auschwitz y Dachau y, basándose en sus vivencias, daba a conocer al mundo en esta obra una nueva técnica que se conoció como logoterapia. Esta modalidad, que resulto ser una variante de la psicoterapia, proponía que la voluntad de sentido es una motivación primaria del ser humano. La técnica consistía en dialogar con la persona e indagar en ella qué es lo que daba sentido a su vida, asumiendo que hombres y mujeres somos seres con libertad de decisión que debemos actuar de manera responsable en base a una motivación interna que nos mueva a hacerlo.

En el mencionado libro aparecía por primera vez el término “proactividad” que se definía como "la libertad de elegir nuestra actitud frente a las circunstancias de nuestra propia vida". Cuando decimos que una persona es activa significa que habitualmente hace muchas cosas. Pero ello no significa que el razonamiento que ha seguido para llevar a cabo tantas actividades sea el óptimo. Dentro de las personas activas existen dos tipos de personas: las reactivas y las proactivas. ¿Qué diferencia hay entre ellas? Las personas reactivas son aquellas que no tienen libertad para elegir sus propias acciones o, mejor dicho, no son capaces de aislarse de su entorno y el mismo les influye en exceso a la hora de tomar una decisión. Sólo están a gusto si su entorno está bien, pero si hay problemas actúan de manera impulsiva, de forma generalmente desmedida y casi siempre desproporcionada. Estas actuaciones habitualmente acaban en fracaso. Y lo que es peor, el fracaso retroalimenta su hiperactividad en forma de nuevas actuaciones condenadas a acabar de la misma forma. Luchan mucho, se vacían, pero su lucha la mayoría de las veces resulta estéril, dado que intentar pelear contra todo y contra todos no suele ser una buena estrategia.

Por otra parte tenemos a las personas proactivas, las cuales también pueden ser muy activas, puede que incluso más que las reactivas, pero a diferencia de estas la motivación por la que reaccionan a los estímulos se ubica en su interior. Pase lo que pase en su entorno podemos afirmar que estas personas son dueñas de sus reacciones. Para nada son frías, sino más bien reflexivas. La primera consecuencia de esta actitud es obvia: los esfuerzos los emplean en resolver los problemas que pueden resolver y no los malgastan en misiones imposibles, siendo por encima de todo pragmáticos. El hombre y la mujer con proactividad se acaban moviendo por fuertes valores, saben lo que quieren, son capaces de analizar las situaciones y resultan ser magníficos estrategas cuando las situaciones se tornan complicadas. O lo que es lo mismo, son muy buenos en la gestión de emociones y actitudes, les gustan los retos, son capaces de generar nuevas ideas y transforman problemas en oportunidades.

En cualquier servicio de empleo como el nuestro vemos habitualmente decenas de personas reactivas y proactivas. Estamos acostumbrados a tratar con todo tipo de clientes y podemos dar soluciones en cada caso. Pero también somos conscientes de la dificultad que conlleva el transformar reactividad en proactividad y de que este proceso es tan lento como complicado. Y si de algo carecen las personas reactivas es de tiempo: “dime que tengo que hacer para encontrar trabajo, necesito trabajar de lo que sea ya mismo” , “necesito pocas charlas y mucha ayuda urgente, tú no me vas a enseñar nada que no sepa”, “he mandado 200, 300, 500 curriculum y no me responden, ya paso de mandar”, “es imposible encontrar trabajo, me he recorrido todas las empresas de mi pueblo”, “una oposición ¿para qué? seguro que están todas dadas”, “las prácticas sólo sirven para que me exploten”, “me voy a poner a hacer un master de lo que sea a ver si mientras cambian las cosas”... Podría seguir hasta el infinito, pero considero que son suficientes estas negativas expresiones para mostrar lo que nos encontramos muchas veces.

Llegados a este punto tan problemática es la reactividad como la pasividad. Cuando tenemos la suerte de toparnos con personas proactivas todo es mucho más sencillo, los análisis son más razonados y nosotros mismos, los orientadores, nos damos cuenta de que nuestra ayuda está siendo realmente efectiva. La proactividad lleva aparejada más proactividad y las personas que la practican dejan un rastro de energía positiva a su paso que normalmente acaba conduciendo a más oportunidades profesionales. A mí me gusta llamarlos “agricultores de la buena suerte”. Son las típicas personas que, cuando la vida les sonríe, mucha gente piensa en la fortuna que han tenido pero sólo algunos saben que les tenía que pasar porque llevan tiempo sembrando su fortuna. Da igual que estemos dirigiendo una gran empresa, asistiendo como alumnos a un curso o haciendo unas prácticas sin cobrar un euro: lo importante es sembrar fortuna para el futuro.

No nos olvidemos tampoco de la imprescindible autocrítica. Sin duda, la búsqueda proactiva de empleo debe de ir acompañada de una orientación proactiva. Los profesionales que nos dedicamos a facilitar el acceso empleo no debemos dejar caer sobre los hombros del buscador de empleo toda la responsabilidad de su situación. Las listas interminables de recursos y consejos para el empleo, las aseveraciones categóricas, las largas clases magistrales sin dar oportunidad a que la persona aporte su visión, las agendas de búsqueda sobrecargadas hasta los topes, el pesimismo basado en la ausencia de ofertas de empleo en un sector o zona determinada, el facilitar siniestras estadísticas que no auguran nada bueno para el futuro, etc , no ayudan para nada en lograr que nuestros clientes , esas personas a las que pretendemos ayudar, consigan sus objetivos de manera óptima.

El consejo está claro: debemos ser más tenaces y perseverantes en lograr nuestro objetivo y, a más dificultades, más determinación tendremos que emplear. Las otras opciones, no hacer nada para ver si mejora la situación o hacer cosas por hacer sin más objetivo que calmar la ansiedad, simplemente no las contemplamos. Preferimos sembrar fortuna: tarde o temprano tendrá que brotar. Es cuestión de regarla día a día.

miércoles, 20 de octubre de 2010

¿Sabías que?

Hace muy poco llegó a mis manos (o mejor dicho, a mis ojos y mis oídos) un vídeo colgado en la red. El título del video era “¿sabías que…?”. Y es de esas cosas que, como un buen libro, una buena película o un comentario de alguien en el momento oportuno, después de haberlas asimilado, dejan huella y te hacen pensar, quedándose directamente en tu cabeza y generando una serie de ideas que hasta ese momento no se te habían ocurrido.

Porque…¿Alguna vez te habías parado a pensar a dónde nos pueden llevar los cambios tecnológicos en los que estamos inmersos desde hace algunos años?. Es un hecho comprobado por todos que el nacimiento de nuevas tecnologías y medios sociales está cambiando radicalmente nuestra forma de comportarnos. Ya no leemos periódicos en papel, pero sí lo hacemos on line, aumentando el número de lectores virtuales en más de 30 millones en los últimos 5 años. Y ya no buscamos amigos en la discoteca de moda, sino sentados tranquilamente delante de nuestro ordenador y sin salir de casa.

En la actualidad, el mundo en el que más habitantes viven es el mundo virtual. Sitios como google, Facebook o Myspace reciben al día millones de visitantes, y ni siquiera existían hace 7 años. Estamos utilizando nuevas formas de aprender y de comunicarnos, y estas nuevas formas estarán ya obsoletas dentro de un año. Estamos preparando a nuestros estudiantes para trabajos que aún no existen y para resolver problemas que aún no sabemos que son problemas.

Todo va demasiado deprisa, y la pregunta es: ¿Estamos listos y preparados para lo que nos espera? ¿Hasta dónde seremos capaces de llegar?....

Lo dejo en tus manos, piénsalo tú.

Mientras llega el futuro, mi consejo es que aproveches este momento y todos los que se pongan a tu alcance, que disfrutes de la vida y de las cosas nuevas y emocionantes que te ofrece. Porque hoy es el principio de una historia apasionante. Y tú, estás en ella.

miércoles, 13 de octubre de 2010

…el opositor vive en otra dimensión del espacio-tiempo...

Tras la entrada anterior en este blog, en principio a cualquiera se le quitan las ganas de seguir opositando, o planteárselo. Pero tras un instante de reflexión uno se da cuenta, que como todo en esta vida tiene sus ventajas e inconvenientes, y más en los tiempos que corren.

De todos es sabido que existen los opositores natos, nacen para escoger este camino, totalmente capacitados y con grandes garantías de éxito, pero siento deciros, que es una rara especie y que no abundan. Por otro lado, esta el opositor que tiene ciertas cualidades, aptitudes y competencias que lo habilitan para poderse desenvolver en esta opción de empleo, con bastantes posibilidades de éxito. Y por último, están los opositores por casualidad, sin ningún convencimiento, pocas habilidades para afrontar este reto y con pocas probabilidad de triunfar. Tras esta clasificación muy generalista, sobre los tres grandes grupos de opositores, desde mi punto de vista; reflexionemos y detengámonos en el elemento común que les une, la posesión de capacidades y competencias concretas que les hace hábiles en esta situación.

Considero que un opositor a lo largo de todo el proceso de preparación y realización de las pruebas, va a enfrentarse y soportar unas vivencias con una fuerte carga psicológica, que sólo superaran los que estén capacitados para ello. Por todo lo comentado, soy de la opinión, que un opositor, verdadero, debe poseer un perfil que incluya determinados rasgos que le ayuden a sobrellevar este reto.

Para preparar una oposición, el opositor debe estar convencido de ello y tener claro que eso es lo que quiere y a todo lo que se va enfrentar. Porque seamos sinceros, ser opositor no es fácil.

El primer problema o dificultad que puedes encontrar una vez te inicies en esta aventura es el apoyo social. Habrá gente que será tu apoyo y una de la principales fuentes de motivación; y otra cuyo objetivo será probarte constantemente que eres firme en tu decisión, porque su misión es “ser negativos por naturaleza” (“tanto estudiar para qué”, “si con lo mal que están las cosas se va a presentar mucha gente y no vas a tener ninguna oportunidad” “eso es una perdida de tiempo”,…), a estos hay que olvidarlos.

Si ahondamos en el terreno personal, se pasa de tener una buena vida social, a añorar aquellos maravillosos momentos. Uno no sabe lo que es relacionarse con gente sin hablar de su oposición, ni dejar ese constante pensamiento de culpabilidad Debería estar estudiando. Por otro lado, vives como el titulo de esta entrada “en otra dimensión de espacio-tiempo”(frase de Carlos Valiña Secretario judicial en Santander, autor de “Método profesional para aprobar oposiciones”), partiendo que tu entorno físico se reduce a tu sitio de estudio, el trabajo (si se esta en esa situación) y las bibliotecas, hasta el punto de que tu vida gira entorno al calendario de las convocatorias, ejercicios,…, marcando un antes y un después.

También son importantes los cambios físicos (adelgazar o engordar) y los miles de “achaques” que te surgen (tensión muscular, insomnio, dolores de cabeza, etc.) Y la perdida de recompensas o beneficios personales y sociales (días libres, vacaciones, tiempo de ocio, dinero,…)

Ante este panorama ¿es posible afrontar estas circunstancias sin una serie de habilidades y capacidades, como un alto nivel de tolerancia al estrés y a la frustración, constancia, orientación al logro, capacidad de organización y planificación, automotivación, persistencia, capacidad de síntesis y análisis, etc.,…que nos sirvan de herramientas o en otros casos de salvavidas en estas circunstancias? Vuelvo a reafirmarme en mi idea. NO.

Pero lo más importante de todo es tener claro el motivo por el que se tomó esta decisión, las razones por las que merece la pena este gran esfuerzo, y las consecuencias positivas que nos traerá la consecución de esta meta.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Opositar en tiempos de crisis: entre la esperanza y el desánimo.

Cualquier persona que haya preparado una oposición está familiarizada con la “tasa de reposición”. Es una noticia que, con suerte, se da una vez al año y sirve para la esperanza o, como ocurre en la actualidad, para el desánimo. Para los profanos en la materia decir que no es ni más ni menos que el número de funcionarios que ingresan en la Administración dividido por el número de funcionarios que salen de ella por jubilación. Esta misma semana miles de opositores han recibido como un jarro de agua fría la noticia de que en el periodo 2011-2013 esta tasa de reposición será del 10%. Es decir que sólo serán cubiertas 10 plazas de cada 100 que desaparecen. Ello supondrá que en la administración central cuando acabe este periodo habrá 30.000 funcionarios menos. Aunque la media de empleados públicos siga siendo moderada en España respecto a países de nuestro entorno no es menos cierto que el importante desarrollo de las diversas administraciones autonómicas ha hecho que el gasto no parara de crecer, y lo que es peor, de convertirse en una organización terriblemente ineficiente. En una situación de clara recesión, como en la que nos encontramos, el recorte de ese gasto es una medida directa y efectiva de controlar el déficit público. A pesar de congelaciones y recortes de salarios sufrido por los empleados públicos en los últimos años, el PIB del país disminuye y el peso en el mismo de los salarios públicos aumenta del 10% en 2005 al 11,8% en 2009. A falta de soluciones más imaginativas, la consecuencia es clara: menos personal y el que haya que sea más flexible.

¿Estamos viviendo en esta época una excepción a lo que ha venido ocurriendo históricamente? Obviamente la limitación es drástica pero en absoluto es novedosa. La crisis del 93 marcó el inicio de los recortes en el empleo público. Entre 1993 y 1995, de manera tácita, y de 1996 a 2002, de manera explícita para todas las Administraciones, la tasa de reposición se situó en el 25%. De 2003 a 2007, gracias al acuerdo entre Administración y sindicatos alcanzó el 100%, e incluso en algunas ocasiones se superó. Luego vinieron los acontecimientos que todos conocemos y estos acuerdos se fueron al traste, dando como resultado un 30% de tasa de reposición en 2008 y 2009, hasta llegar a la situación actual.

En cambio nos sorprenderemos si vemos que en el periodo 1990-2005 el empleo público creció un 29.9% pese a estas restricciones de acceso al mismo. ¿Cómo se puede entender este fenómeno? Aunque no queda demasiado claro, la transferencia de funcionarios de la Administración Central a la autonómica y la aparición constante de nuevas administraciones han sido las aparentes culpables. Pero lo que más ha influido ha sido el recurso que las administraciones han hecho de fórmulas de empleo temporal, hasta el punto que la temporalidad en algunas administraciones supera el 25% y es incluso mayor que en el empleo privado . No parece que la reciente reforma laboral ayude mucho a mejorar las tasas de temporalidad pues, según se establece, a partir de 2012 las administraciones públicas podrán hacer un uso general de la contratación con empresas de trabajo temporal como fórmula alternativa a la contratación directa de personal temporal. Es decir, ya no sólo es complicado acceder a la Administración, sino también mantenerse.

Ante esta situación ¿cuál es el sentimiento de los actuales opositores? ¿qué actitud tomar ante este conjunto de adversidades?¿sigue siendo tan atractiva la opción del empleo público? Como datos para la esperanza comentar que:

  • Esta tendencia no tiene por que mantenerse forzosamente en todas las administraciones, con lo cual encontraremos un nivel de oferta de empleo público más o menos limitado, según la administración en la que nos encontremos.
  • Estos recortes no afectaran a todo tipo de plazas, existiendo aún determinados ámbitos, como la administración educativa, la administración de justicia, la sanidad o los cuerpos y fuerzas de seguridad, donde es previsible que la limitación tenga mucho menor impacto.
  • Por otra parte, de una manera u otra siempre existirán convocatorias a las que pueda acceder un opositor. Es posible que haya un recorte de plazas en la convocatoria que esté preparando, pero también es posible que gran parte de los conocimientos adquiridos sean validos para acceder a otro cuerpo.
  • Un periodo de bajo número de convocatorias desincentiva a la preparación de oposiciones por lo que las convocatorias existentes, en especial las más técnicas que afectan a universitarios, tienen candidatos menos cualificados a pesar de que se presenta mucha más gente.
  • Si existe una reducción drástica en el ámbito de conocimiento del opositor también se puede plantear la preparación compaginada con el empleo. Obviamente va a tardar más en estar preparado y la fuerza de voluntad debe ser máxima, pero el empleo le permite una subsistencia digna, la preparación calmada de la oposición y una alternativa real de futuro.
  • Finalmente decir que la gestión de los recursos humanos en las empresas, cada vez más basado en las competencias y habilidades, favorece en gran medida a los opositores. Los conocimientos y habilidades adquiridos durante la fase de preparación de oposiciones son valorados por determinados sectores (gestión, consultoría, formación…) y abren las puertas al reciclaje profesional del opositor si la situación se complica. Hay muchos ejemplos. En efecto, en esta situación generalmente tienen más edad que sus competidores, pero también mejor formación, más capacidad de lucha y altísimas dosis de disciplina. Una fórmula casi mágica para triunfar en la empresa privada.

Si eres opositor o te planteas preparar una oposición en el futuro nos gustaría saber que opinas al respecto. ¿La coyuntura actual te ha hecho cambiar tus planes? ¿sigues estando convencido de que es la mejor opción de futuro? ¿tal vez la menos mala de todas las opciones, en espera de que el mercado de trabajo se recupere? Contamos con tu participación en este espacio en forma de comentario a esta entrada.