viernes, 27 de agosto de 2010

Tercera Receta: Conócete a ti mismo


La siguiente receta que planteamos está muy vinculada con nosotros mismos, es decir, nos vamos a ver obligados a involucrarnos totalmente, porque se trata de analizarnos a fondo para después desarrollar una estrategia de venta entre los contactos. Además ahora que van finalizando las vacaciones y como se dice, “se vuelve a la rutina”, nos va venir muy bien, ya que es momento de reflexionar y replantear nuestros objetivos para esa búsqueda de empleo que estamos llevando a cabo.

Nos gustaría lanzar una pregunta: Intentad recordar ¿cuánto tiempo de vuestra vida habéis dedicado a pensar en vosotros, en cómo os comportáis, en cómo sois y en la imagen que ofrecéis a los demás? … ¡sed sinceros!...
¿Sorprendidos???

¡Pues llegó el momento! Hay que pegar un frenazo en seco, y darnos nuestro tiempo para conocernos y saber que vamos a vender al mundo laboral. Por norma general, casi nadie dedica un tiempo de su vida a analizar los puntos fuertes o débiles que posee, no se sabe si es por no darle importancia a este asunto, por falta de seguridad, porque no sabemos como hacerlo, o incluso porque tenemos la creencia de que no somos nosotros quién tiene que decir lo bueno o malo que poseemos como personas, etc. Albert Einstein dijo: “Conocer bien a los demás es inteligente, conocerse bien así mismo, es sabiduría”, y estamos totalmente de acuerdo, una persona que se conoce a sí misma podrá enfrentarse a cualquier situación sabiendo con lo que cuenta y cómo usar esos recursos, a la vez que puede ir elaborando un plan de mejora de aquellos puntos débiles que puedan ser un impedimento para avanzar en su proyecto de vida.

Te planteamos diferentes estrategias para conocerte a ti mismo:

– Elaborar una lista con todos los logros y objetivos conseguidos en nuestra vida tanto personal, académica o profesional, y por otro lado los errores, dificultades o impedimentos para no alcanzar las metas planteadas. Anota cualquier detalle o dato, por pequeño o tonto que te parezca, todo puede aportar información relevante.

– No podemos limitar nuestra identidad al pasado. Por lo tanto otro modo sería realizarnos diferentes preguntas a nosotros mismos, sobre nuestros pensamientos, sentimientos, creencias,… buscando las respuestas que nos den la información necesaria para conocernos mejor. Las preguntas a plantear podrían ser de tipo:
¿Qué características poseo que me diferencian de los demás?
¿Qué es lo más importante para mí?
¿Qué sé hacer?
¿Qué me gusta hacer?
¿Me siento seguro de mis capacidades?
¿Haciendo qué cosas me siento satisfecho? Y ¿Con cuáles incomodo?
¿Cumplo con los objetivos que me planteo o me plantean? ¿Cuáles?

– Por otro lado podemos optar por obtener la información externamente, preguntando a nuestro entorno de confianza que nos puedan ofrecer una visión sobre la imagen que tienen los demás de nosotros, interrogando a: familia, amigos, compañeros de facultad, personas con las que compartes aficiones y actividades de ocio, conocidos del entorno profesional y académico, etc. Generalmente de este modo se extrae información que por nosotros mismos nunca la obtendríamos, por no ser conscientes de ella (no es lo mismo como uno se ve que como lo ven lo demás, tanto en lo positivo como en lo negativo).

Con toda la información recogida, se debe hacer un análisis exhaustivo, y una confrontación de los datos obtenidos externamente con los nuestros propios. El resultado será una valoración amplia de nuestro perfil y totalmente ajustada a la realidad. Ahora ya solo tendríamos que creer en el producto (que somos nosotros mismos con nuestros defectos y virtudes), elaborar una estrategia de marketing personal (como vamos a realizar esa venta de nosotros mismo) y lanzarlo al mercado laboral (pasar a la acción y vendernos en todas las ocasiones posibles: entrevistas de trabajo, reuniones con profesionales del sector, redes de contactos, etc.)

Ya tenemos los ingredientes y el objetivo de qué queremos hacer; el siguiente paso de la receta, es realizarla…pero lo veremos en la próxima entrada de nuestro blog.

"Conocerse a uno mismo es la tarea más difícil porque pone en juego directamente nuestra racionalidad, pero también nuestros miedos y pasiones. Si uno consigue conocerse a fondo a sí mismo, sabrá comprender a los demás y la realidad que lo rodea". (Alejandro Magno)

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